domingo, 15 de junio de 2008

UN RECIPIENTE DONDE CABE DE TODO


Viejas y nuevas ideas y sensaciones se entremezclan en esta aventura musical que hemos iniciado con Hernán Carnero, baterista dúctil y ecléctico, capaz de fundir una chacarera con un son cubano o un vals con un samba, con metódica -pero no por eso menos creativa y apasionada- profesionalidad.

Cada encuentro semanal - que seguimos llamando ensayo sólo por costumbre-, es un momento de enorme satisfacción musical, donde los errores, los pequeños retrocesos o los grandes saltos en el vacío, no son más que parte del camino que atravesamos y a su vez nos atraviesa.

Un camino que tiene como única meta la libertad de crear, con un oído puesto en la tradición cultural popular del todo el continente americano y el otro en las ganas de jugar con los ritmos y las melodías, con los temas musicales guardados desde la infancia en la memoria, en definitiva con todo nuestro imaginario cultural.

La Tina Americana, es eso: un recipiente donde cabe todo tipo referencias musicales y culturales, desde Gershwin hasta la imperecedera cortina musical de un programa de radio, pasando por el Cuchi Leguizamón, Charlie Mingus, Raúl Carnota, Gabi, Fofó y Miliki.

Enzo Valls

GUSTO Y DESAFIO


El gusto de compartir esta música con el súper creativo Enzo Valls (referente como músico descontracturado) lleva implícita la responsabilidad de brindar el sustento rítmico sonoro capaz de sostener las líneas melódicas que él entreteje a cada momento.

Al quedar mucho espacio en el espectro sonoro, se permite que la batería desarrolle todo su potencial dinámico y tímbrico, y es para mi un desafió llevar el instrumento hacia lugares similares a los que llegaran los bateristas que antes de 1930 tenían la responsabilidad de musicalizar cine mudo y espectáculos de baile en los cuales creaban ambientes sonoros con la batería, y es en ese sentido que intento volcar mi experiencia de estudios y proyectos anteriores a la creación de entornos sonoros de música latinoamericana.

Hernán Carnero